Hoy le ponemos cara a través de la fotografía de Juan Antonio Fernández de la Granja a Camerata Altamira.

La música clásica en Cantabria está a punto de sumar una innovadora propuesta cultural con el nacimiento de la Camerata Altamira, una formación profesional que busca acercar el repertorio sinfónico al pequeño formato.

Este proyecto único se lanza con el objetivo de llevar la música clásica (y no tan clásica) a lugares donde las grandes orquestas no pueden llegar, ampliando el acceso a la cultura musical en la región. La Camerata Altamira está formada por algunos de los mejores músicos cántabros, quienes compaginan sus carreras en prestigiosas orquestas y conservatorios de España y Europa. En cada proyecto, estos artistas regresan a su tierra natal para ensayar y ofrecer conciertos en espacios íntimos y especiales, apostando por la descentralización cultural y la accesibilidad al arte.

El objetivo de la Camerata Altamira es claro: democratizar la música clásica de alta calidad y adaptarla a espacios más pequeños, enriqueciendo el panorama cultural de Cantabria. Además del concierto inaugural en Noja, la Camerata tiene previsto llevar su repertorio a diferentes localidades de la región, demostrando que el arte puede llegar a todos los públicos y rincones.

Con esta iniciativa, Cantabria suma un nuevo pilar cultural para dinamizar la vida artística de la región. La Camerata Altamira invita a todos los amantes de la música a unirse a esta aventura que comienza en Noja y aspira a recorrer toda la comunidad autónoma.

El tradicional Concierto de Año Nuevo para adultos se ha convertido en un ritual navideño desde que la Filarmónica de Viena lo popularizasen durante la Segunda Guerra Mundial. Es una fiesta en la que los valses, las marchas y otras formas de música ligera nos permiten disfrutar del arte en familia durante unos días en los que la felicidad se instala en nuestra sociedad. La Camerata Altamira presenta un programa que incluirá piezas icónicas como:

El Cascanueces

El ballet «El Cascanueces» (1892) es la última obra compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky tras «El lago de los cisnes» y «La bella durmiente». Basado en el cuento «Historia de un cascanueces» de Alejandro Dumas, adaptado de la historia original de E.T.A. Hoffmann, este ballet narra las aventuras de Clara, quien recibe como regalo de Nochebuena un cascanueces mágico. La Camerata Altamira ofrecerá una interpretación reducida del clásico, manteniendo la esencia mágica de la obra.

El Murciélago

«El Murciélago» (1874), una opereta vienesa de Johann Strauss II, es famosa por su alegría y valses desenfadados. Aunque no tuvo éxito en su estreno, se consolidó como un clásico tras su representación en París. La Camerata interpretará la obertura, una obra maestra que resume los temas principales de esta opereta.

El Vals del Emperador y El Bello Danubio Azul

El vals, una danza que inicialmente fue considerada atrevida, se convirtió en un símbolo de distinción gracias a compositores como Johann Strauss II. «El Vals del Emperador» y «El Bello Danubio Azul» son ejemplos de su legado, reflejando la alegría y elegancia de este género. La Camerata Altamira los incluirá en su repertorio para deleitar al público.

Con este programa, la Camerata Altamira inicia su andadura con un homenaje a la tradición musical europea, adaptada al formato cercano e innovador que caracteriza su propuesta. Un viaje musical que promete enriquecer la vida cultural de Cantabria.

La Iglesia de San Pedro

La Iglesia de San Pedro, situada en la actual Plaza de la Villa y en el punto más alto de Noja, destaca por su esbelta torre de estilo gótico trasmerano, visible desde cualquier acceso a la Villa. Según documentación en los Cartularios de Santa María del Puerto de Santoña, su construcción data del siglo XI, aunque expertos la sitúan en una fecha anterior, vinculada al convento que la rodeaba, del cual aún se conserva la capilla.

La torre renacentista fue realizada en las últimas décadas del siglo XVII por el maestro de Galizano, Pedro del Pontón. El interior de la iglesia presenta una planta de crucero con tres naves, siendo la central más grande y alta. Su factura es gótica, con nervaduras diagonales recogidas en conchas, y cierra la obra un ábside semicircular.

En la nave de la izquierda se encuentra un hermoso monumento funerario con esculturas orantes que representan a don Gonzalo de Velasco y Castillo y a su esposa, doña María Fernández de Isla, esta última con un atuendo campesino en su tocado. Son los antepasados de los actuales Marqueses de Velasco, cuya Casa Palacio preside una de las plazas más céntricas de la Villa.

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