La DGT endurece las normas: hasta 1.000 euros de multa por una cerveza
La Dirección General de Tráfico (DGT) se prepara para implementar en 2025 una de las normativas más estrictas de Europa en cuanto al consumo de alcohol al volante. La nueva tasa máxima de alcoholemia de 0,2 g/l en sangre dejará, en la práctica, como inviable tomar cualquier bebida alcohólica antes de conducir, con sanciones que pueden alcanzar hasta los 1.000 euros.
Este cambio, que aún debe ser aprobado definitivamente, busca reducir drásticamente las cifras de siniestralidad en carretera. En 2024 se registraron 1.040 accidentes mortales, con 1.154 fallecidos y 4.634 heridos graves. Según el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, estas cifras son inaceptables:
«No debemos ni podemos aceptar que la movilidad en carretera tenga un precio tan alto».
Aunque aún no se dispone de datos definitivos sobre la implicación del alcohol en los siniestros de 2024, se estima que hasta el 50% de los accidentes mortales están relacionados con el consumo de alcohol. Por ello, la nueva normativa reducirá el umbral máximo actual:
– Límite general: de 0,5 g/l a 0,2 g/l en sangre (equivalente a 0,1 mg/l aspirado).
– Conductores noveles y profesionales: mantendrán la tasa de 0,3 g/l, ya considerablemente baja.
En la práctica, estos límites implican que una sola cerveza corriente puede suponer un positivo en un control de alcoholemia, especialmente en mujeres, debido a las diferencias fisiológicas y de peso corporal.
Con esta reforma, España pasará de ser uno de los países más permisivos a situarse entre los más restrictivos, igualando a países como Suecia, Polonia y Estonia, donde la tasa también es de 0,2 g/l. En otros países como Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía, se aplica un límite aún más drástico: 0,0 g/l para todos los conductores.
La DGT justifica esta reforma como un paso necesario para reducir los accidentes de tráfico y los comportamientos irresponsables al volante. Además, los controles intensivos en campañas clave, como las de verano o Navidad, han mostrado que muchos conductores aún subestiman los riesgos de combinar alcohol y conducción.
Con la nueva normativa, los conductores deberán replantearse cualquier consumo de alcohol antes de ponerse al volante. Las sanciones económicas y administrativas, que pueden alcanzar los 1.000 euros y la retirada de puntos del carnet, buscan disuadir prácticas peligrosas y reforzar la seguridad vial.
Además de las implicaciones legales, esta medida abre el debate sobre cómo conciliar hábitos sociales, como el consumo moderado de alcohol, con la responsabilidad al volante. «Cero alcohol al conducir» parece convertirse en el único camino viable para garantizar la seguridad en las carreteras españolas.