LA PRIMERA EXPOSICIÓN EN ESPAÑA DE LA ARTISTA SUIZA SILVIA BÄCHLI SE DESPIDE DEL CENTRO BOTÍN

- Hasta este domingo, 20 de octubre, se puede visitar o redescubrir la muestra, que se estructura como una partitura en ocho movimientos en el espacio expositivo, siendo una secuencia de grupos rítmicos de dibujos o “conjuntos” colgados a diferentes alturas e intervalos, que -sala tras sala- van sumando significado en su persistente acumulación.
- A lo largo de estos meses, y con el objetivo de que los visitantes profundizaran en la muestra de una manera diferente, más interactiva y enriquecedora, se han llevado a cabo actividades de todo tipo, centradas en técnicas artísticas, movimiento corporal y música.
- Esta última semana aún es posible descubrir la muestra a través de la música, tanto escuchando las canciones que sonaban en el estudio de la artista durante la creación de las obras expuestas, como accediendo al espacio #Experimenta de creación musical, accesible para todos los públicos en la antesala de la sala.
Santander, 14 de octubre de 2024.- Este domingo 20 de octubre, a las 20:00 horas, cierra sus puertas al público la exposición Partitura, de la artista suiza Silvia Bächli (Baden, Suiza, 1956), después de cinco meses recibiendo numerosas visitas en la primera planta del Centro Botín. Durante este tiempo, todos aquellos que hayan podido disfrutar de esta emotiva presentación -la primera de Bächli en España- habrán comprobado cómo sus dibujos pueden interpretarse como rastros de registros sensoriales —un paseo por el campo, un cuerpo que siente dolor, un poema provocador— y gestos corporales —la extensión del brazo, la fuerza de la mano o el ritmo de la pincelada—. En palabras de la propia artista, “Los dibujos son acciones. Las líneas narran historias. ¿Qué hacen estas líneas? ¿Dónde empieza una línea? ¿Toca otra línea? Aparecen las palabras, ¿cuáles vienen a la lengua?”.
Teniendo todo esto muy presente, desde su inauguración -el pasado 11 de mayo- se han llevado a cabo actividades de todo tipo en torno a la muestra, con el objetivo de ofrecer a los visitantes diversas formas de interactuar con las obras y facilitar así una experiencia más cercana y participativa, que enriqueciera su comprensión y conexión con la obra. Entre ellas, destacan las visitas comentadas a cargo de Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín, y comisaria de la muestra, y de Mónica Álvarez Careaga, comisaria y productora cultural; también las visitas experiencia para niños y mayores, como “El movimiento de los colores” y “Bailar el color”, en las que los participantes pudieron conectar con la exposición a través de dinámicas de movimiento creadas por la bailarina Julia Zac al ritmo de la música que acompañó a la artista durante la creación de la muestra. Igualmente se han realizado acciones participativas en los exteriores del Centro Botín, como “Partitura de color para la bahía” con el artista Alfredo Santos, donde los asistentes dibujaron con grandes pinceles y a lo largo de 100 metros de papel siguiendo la técnica de la artista suiza. Además, en “El dibujo de nuestros pasos”, de la mano de la compañía Mymadder, el público exploró nuevos movimientos corporales con relación a la música con los que después descubrir la exposición. Finalmente, en “Tejer en la exposición de Silvia Bächli”, que guiaba Ana Villasante, fundadora del proyecto Cadeneta, se tejieron “campos de color” con grandes lanas teñidas e inspirándose en los colores de la muestra, una propuesta que persigue el objetivo de invitar al visitante a hacer otras cosas en la sala expositiva, como tejer, dibujar, escribir, meditar o filosofar.
Últimos días para vivir la exposición a través de la música
En esta exposición, la artista ha desarrollado una partitura para el espacio expositivo: una secuencia de grupos rítmicos de dibujos colgados a diferentes alturas e intervalos que, a lo largo de las salas, van sumando significado en su persistente acumulación. Bächli trabaja insistentemente con medios modestos y limitantes: papel blanco de diferentes tamaños, cualidades y tonos sobre el que aplica tinta china, carboncillo, gouache o pastel. Su proceso es secuencial: dibuja en hojas de una pila, una tras otra, y va disponiendo constelaciones de obras en la pared de su estudio que son consecutivamente interrogadas, reorganizadas y rechazadas, hasta que descubre algo que le parece adecuado y sorprendente.
Por eso, qué mejor manera que aprovechar estos últimos días para descubrir o redescubrir la muestra a través de la música. Así, los visitantes pueden acudir a la sala con sus auriculares y acceder -de manera gratuita- a una lista de reproducción que les darán al entrar, pudiendo así recorrer la sala expositiva al ritmo de la música que sonaba en el estudio de la artista durante la creación de las obras expuestas. Para el que no traiga auriculares, en el mostrador le ofrecerán una audioguía muy especial, creada con la coreógrafa y bailarina Julia Zac, que permite hacer la visita más dinámica. Además, como es habitual en las exposiciones del Centro Botín, antes de entrar o al salir de la muestra merece la pena acceder al espacio #Experimenta. En esta ocasión, es un espacio de creación musical para todos los públicos, en el que entender cómo Bächli lleva a cabo las composiciones de sus dibujos como si fueran una partitura. Para ella, cada dibujo tiene un tono, y la distancia y altura a las que los coloca dan como resultado una melodía imaginaria que cada persona puede interpretar de forma personal. En este espacio, los visitantes colocarán las piezas en la pared a la altura y distancia deseadas, para luego golpearlas con una baqueta y así escuchar el resultado de su composición.
