Costumbres navideñas alrededor del mundo: más allá de las uvas españolas
En España, pocas tradiciones son tan emblemáticas como las doce uvas de Nochevieja, un ritual que marca el inicio del nuevo año con deseos de suerte y prosperidad. Sin embargo, en otros rincones del mundo, las celebraciones navideñas y de fin de año están llenas de prácticas singulares, algunas tan curiosas como fascinantes.
La búsqueda de prosperidad está presente en muchas culturas. Una tradición compartida en países como Italia y América Latina consiste en brindar con una bebida espumosa que contenga un objeto de oro en la copa. Este ritual simboliza la atracción de riqueza y abundancia. Para los más precavidos, sostener el objeto en la mano mientras se bebe es igual de efectivo.
En América Latina, el dinero juega un papel protagonista en estas fechas. Es común llevar billetes en los bolsillos o incluso colocarlos en los zapatos, como se hace en México, Venezuela y Ecuador. En Chile y Polonia, el dinero se coloca bajo el mantel o el plato, mientras que en China, el intercambio de sobres rojos con dinero (hongbao) es parte esencial del Año Nuevo Lunar.
En Suecia, la cabra de paja conocida como *julbock* es un símbolo navideño destacado. Estas grandes figuras adornan las calles, aunque no siempre sobreviven a las fiestas, ya que es habitual que algunas sean quemadas. La tradición tiene raíces celtas y data del siglo XVIII, cuando los lugareños se disfrazaban de cabra para entregar regalos.
En Filipinas, la Navidad se celebra con vestidos de lunares y, el 1 de enero, se mantienen puertas y ventanas abiertas para atraer la buena fortuna, una costumbre influenciada por el Feng Shui chino y las tradiciones españolas.
En Grecia, las granadas y cebollas juegan un papel especial en la entrada del año. Estrellar una granada contra la puerta simboliza la buena suerte, mientras que colgar cebollas en el umbral atrae prosperidad. Además, el pan dulce conocido como Vasilópita es parte del ritual: cada miembro de la familia recibe un trozo según un orden establecido.
Celebraciones extravagantes
Algunas tradiciones destacan por su originalidad. En Dinamarca, romper la vajilla tras la cena de Fin de Año simboliza la expulsión de las malas vibraciones. En Sudáfrica, esta idea se lleva al extremo con la costumbre de arrojar muebles viejos por la ventana, creando un auténtico espectáculo.
En países como Estonia, la Navidad se vive a través de la comida. Allí es costumbre comer hasta siete veces al día durante las festividades. En Italia, la “cena de los siete peces” sigue vigente en el sur, donde cada pez representa uno de los siete pecados capitales.
En América Latina, cargar maletas vacías por la casa o la calle después de las campanadas es un ritual extendido en países como Perú, Colombia y Chile. Este acto simboliza el deseo de nuevos viajes y oportunidades en el año que comienza.
Tradiciones con historia
Mientras en España las uvas nacieron como una solución a un excedente de producción a finales del siglo XIX, en Japón las 108 campanadas de los templos budistas marcan la purificación de los pecados mundanos. Por su parte, en Polonia, la cena navideña incluye 12 platos elaborados en honor a los apóstoles, con carne estrictamente prohibida.
En países como Chequia, las tradiciones se centran en predecir el futuro: desde cortar manzanas para buscar figuras en su interior, hasta interpretar figuras creadas al echar plomo derretido en agua.
La Navidad y el Fin de Año son momentos de celebración que, aunque vividos de maneras muy distintas, comparten un mismo propósito: atraer la buena fortuna y la felicidad para el año que comienza. ¿Cuál de estas tradiciones te animarías a probar?