Scambaiting: cuando el estafador cae en su propia trampa

Una práctica que gana adeptos en internet por su ingenio y afán de justicia, pero que plantea dudas éticas y riesgos reales
19.05.2025. – En un panorama digital cada vez más saturado de fraudes y engaños online, hay quienes han decidido contraatacar con sus propias armas. Se trata del scambaiting, una peculiar técnica que consiste en simular ser víctima de una estafa para engañar al estafador, haciéndole perder tiempo, recursos e incluso recogiendo información sobre sus métodos.
Lo que empezó como una actividad casi marginal, se ha convertido en una tendencia viral, con comunidades activas en redes sociales y foros como Reddit, donde los usuarios comparten capturas de pantalla, vídeos y estrategias. Pero, ¿qué es exactamente el scambaiting, cómo se lleva a cabo y hasta qué punto es una práctica ética?
¿Qué es el scambaiting?
El término proviene de la fusión de las palabras scam (estafa) y bait (cebo). El concepto es sencillo: utilizar un falso interés para atraer a un estafador y darle una lección. A diferencia de quien cae en el fraude, el scambaiter toma el control de la situación, fingiendo ingenuidad mientras hace perder el tiempo al delincuente.
El objetivo no es económico ni personal, sino más bien disuasorio: exponer los métodos de los estafadores, frustrar sus intentos y advertir a otros usuarios. En muchos casos, quienes practican esta técnica adoptan personajes ficticios —como ancianos despistados, millonarios excéntricos o estudiantes inocentes— para mantener al estafador enganchado.
¿Cómo se lleva a cabo?
Aunque el scambaiting pueda parecer una actividad espontánea y divertida, suele estar cuidadosamente planificada. Estas son algunas de las fases más comunes:
- Detección del fraude: el scambaiter identifica una estafa típica, como un correo sospechoso, una oferta de trabajo dudosa o una llamada falsa de soporte técnico.
- Simulación de interés: responde mostrando entusiasmo, como si creyera en la veracidad del mensaje.
- Creación de un personaje: inventa una identidad falsa que interactúe con el estafador, manteniéndolo ocupado.
- Dilación constante: prolonga la conversación con excusas y preguntas absurdas, sin llegar nunca a facilitar datos reales o dinero.
- Divulgación: muchos comparten su experiencia para advertir a otros, publicando capturas o vídeos en plataformas especializadas.
¿Es siempre ético estafar al estafador?
Aunque para muchos el scambaiting es una forma de justicia poética, no está exento de polémica. Algunos críticos advierten que puede caer en dinámicas de humillación o acoso, especialmente cuando se difunden públicamente imágenes o datos de los delincuentes. Además, hay un riesgo real: los estafadores no siempre actúan solos, y en ocasiones forman parte de redes organizadas capaces de tomar represalias.
También existen implicaciones legales. En algunos países, acceder a sistemas sin autorización o manipular comunicaciones puede constituir delito, aunque sea con fines aparentemente nobles. La legislación, como la Ley de Fraude y Abuso Informático en Estados Unidos, castiga ciertas prácticas incluso si el objetivo es “el malo”.
¿Deberías practicar scambaiting?
La respuesta corta: no, si no tienes conocimientos avanzados de ciberseguridad. Esta práctica, aunque tentadora, puede poner en riesgo tu privacidad, tu equipo y tu seguridad personal. Muchos scambaiters son expertos o incluso profesionales de la informática que saben cómo protegerse.
Por tanto, la recomendación general ante una estafa es siempre la misma: no interactuar, denunciarla y bloquear al remitente. Si bien frustrar al estafador puede parecer una pequeña victoria, enfrentarse a él puede tener consecuencias no deseadas.
En resumen, el scambaiting es una técnica que mezcla ingenio, humor y una cierta búsqueda de justicia digital, pero también conlleva riesgos importantes y abre interrogantes éticos. Una forma de activismo online que, como muchas cosas en internet, conviene mirar con cautela.