Inaugurada la escultura ‘Alegoría al Canto Coral’

El alcalde, Javier López Estrada, acompañado por el presidente de la Sociedad Coral de Torrelavega, José Nicasio Gutiérrez, y buena parte de la Corporación ha inaugurado hoy la escultura ‘Alegoría a Canto Coral’. En el acto en la Plaza José María González Trevilla, conocida como ‘Plaza Pequeñeces’ han participado los integrantes de la Coral, el vicepresidente segundo del Parlamento de Cantabria y los autores de la escultura, Pablo García y Aylín Vera.

López Estrada ha afirmado que la torrelaveganía “está basada en símbolos y en pertenencia” y la Sociedad Coral es “uno de esos símbolos que nos da esa pertenencia a Torrelavega” y durante los últimos 100 años “nos ha acompañado y deleitado en numerosas ocasiones, muchas de ellas a lo largo del año que hoy cerrarermos con el Concierto de Navidad”.

La escultura que hoy se ha inaugurado, ha dicho el alcalde, “es una alegoría al canto coral en nuestra ciudad, haciéndolo extensivo no sólo a la Sociedad Coral, que con generosidad ha entendido que debíamos poner las luces largas y dar perspectiva a esta efeméride y a esta celebración”.

Una escultura, ha indicado, que se suma a los numerosos conjuntos escultóricos que tiene Torrelavega y que en este caso ha sido obra del estudio Sawu, “un equipo de arquitectos consagrado ya en la ejecución de varias esculturas a lo largo del panorama nacional que ha accedio a esta obra gracias a un concurso público con jurado realizado en la sede del Ayuntamiento de Torrelavega”.

‘Alegoría al Canto Coral’, ha destacado el alcalde, representa una multitud de las personas que forman parte de un grupo, de un colectivo, que lo hacen en igualdad de condiciones pero marcando sus diferencias,” que representan el hemiciclo tan importante para nuestra democracia”. Todos y cada uno de los componentes están a la misma distancia del centro del círculo, con diferentes colores y alturas, pero todas con la misma perspectiva.

En cuanto a su emplazamiento, López Estrada considera que la Plaza José María González Trevilla es el verdadero epicentro en donde se juntan la Avenida España, el Bulevar Demetrio Herrero, la calle Augusto González Linares y la calle Ave María.

Finalmente ha transmitido su “agradecimiento a todos los que habéis hecho partícipe de este centenario a toda la ciudad” y ha concluido subrayando que “hoy este símbolo queda recogido para vosotros, para los coralistas que os han precedido y para los que vendrán después”.

El presidente de la Sociedad Coral ha afirmado que esta escultura cumple los objetivos que se fijó la comisión de los actos del Centenario. “Desechamos proponer al Ayuntamiento que hubiera un monumento a la Coral y quisimos compartirlo con las corales y los coros de Torrelavega, y llevar al canto coral en general, que ha tenido una tradición tan importante en la ciudad”, poniendo de relieva que en 2025 el canto coral “está vivo y va a seguir vivo”, ha subrayado José Nicasio Gutiérrez.

Aunque hay ciudades que tienen monumentos a corales, directores y coralistas, pero “yo no he encontrado una ciudad que tenga un monumento al canto coral”, ha finalizado.

Por su parte, uno de los autores, Pablo García, ha sido el encargado de explicar la obra, que busca expresar visualmente cómo funciona un coro, a través de los perfiles metálicos y los colores con los que ellos trabajan. “Nuestra apuesta fue buscar una configuración que evocase un coro, que fuese fácil de leer y hacer una alegoría de las voces más agudas y más graves a través de una paleta cromática, de colores más fríos y más cálidos, que se percibiesen desde la posición del director”. “Queríamos evocar sin ser literales y esperamos que se sientan identificados con nuestra propuesta”, ha expresado.

El acto se ha cerrado con la interpretación musical de los miembros de la Coral. Al inicio, el alcalde ha pedido guardar un minuto de silencio en memoria de la joven torrelaveguense Larisa Ruiz, asesinada en La Coruña, a cuya familia ha transmitido las condolencias “y el cariño de todos los torrelaveguenses”.

Alegoría al Canto Coral

La obra ha sido financiada por el Ayuntamiento de Torrelavega y seleccionada tras dos convocatorias públicas en las que participaron artistas tanto de Cantabria como del resto de España. Se encuadra dentro del programa de actividades de conmemoración del centenario de la Sociedad Coral de Torrelavega, que hoy día 23 se dará por finalizado en el 34º Concierto de Navidad en la Iglesia de la Asunción.

La Comisión organizadora de la efeméride elevó al Ayuntamiento la propuesta de crear un monumento permanente que pasara a formar parte del acervo cultural de la ciudad, concebido como un homenaje duradero a la rica tradición y a la plena vigencia de la música coral, no solo en el ámbito local, sino también en el contexto regional y nacional. El canto coral continúa siendo hoy una manifestación artística viva y dinámica, con una notable presencia en programaciones culturales, certámenes, encuentros y festivales, reflejo de una práctica musical que se renueva constantemente y que mantiene su capacidad de cohesión social, transmisión cultural y expresión colectiva. Esta iniciativa también busca reconocer y poner en valor la labor histórica y actual de las distintas corales y coros que, a lo largo del tiempo, han contribuido de manera decisiva al desarrollo cultural, social y artístico de la comunidad, convirtiendo el canto coral en una seña de identidad compartida.

Los artistas seleccionados, Pablo García Mena y Aylín Vera Ramos de Sawu Estudio de Perales de Tajuña, Madrid, han titulado al monumento como “Equilibrio sonoro” recogiendo en una estructura metálica el sentir compositivo del coro y de la música coral. La Alegoría al Canto Coral se integra de manera armónica y natural en la Plaza de Pequeñeces, dialogando con el entorno urbano y contribuyendo a realzar este espacio como lugar de encuentro ciudadano. Su emplazamiento refuerza el carácter cultural de la plaza, incorporando un nuevo elemento patrimonial que enriquece el paisaje urbano y favorece la convivencia entre arte, historia y vida cotidiana. La obra no solo se adapta a las dimensiones y características del espacio, sino que establece una relación simbólica con el entorno, convirtiéndose en un referente visual y cultural que invita a la reflexión y al disfrute colectivo.