Potes clausura su X edición de los Cursos de Verano de la UC con un taller sobre rastreo de huellas

Una práctica sobre rastreo animal cierra la temporada estival universitaria de la sede lebaniega
Potes, 5 de agosto de 2025.-El taller ‘Huellas y rastros’, ideado por el naturalista Máximo Sancho y, Alejandro García, director de Aves Cantábricas, ha puesto punto y final a la X edición de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) en Potes que, esta temporada, ha acogido dos talleres prácticos que han hecho las delicias de sus participantes.
Sandra Pilar Soberón, responsable de la sede universitaria estival de la UC en Liébana, ha afirmado que se sienten “muy contentos” con los resultados de las actividades programadas en 2025 en términos de calidad y participación.
Para ella, que iniciativas como las de los Cursos de Verano organicen monográficos, charlas y talleres en los pueblos de Cantabria es “una gran oportunidad” para sus habitantes y visitantes. “Traer actividades a sitios como Potes, que están muy alejados de los centros de las grandes ciudades, es una manera de atraer la cultura sin tener que desplazarte”, defiende.
En este sentido, Soberón también ha tenido palabras de agradecimiento y puesta en valor de la actuación del consistorio local, en esta actividad representado por Eva María Cotera, teniente alcalde y concejala de Educación, Cultura y Turismo.
“El ayuntamiento de Potes es un ayuntamiento muy activo, no solamente con la universidad. A lo largo de todo el año raro es el fin de semana que no realiza una actividad cultural y eso para su gente es muy importante”, dijo la responsable de la UC.
TEMPORADA PRÁCTICA
Potes abrió su temporada de Cursos de Verano de la UC el 17 de julio con un taller del músico tradicional multi-instrumentalista Mariu Torre. Su sesión, titulada ‘Música tradicional y folclore’, fue todo un éxito y contó con una parte teórica y otra de concierto.
‘Huellas y rastros’, impartido el 5 de agosto, ha vuelto a funcionar y es la prueba de cómo una afición infantil puede convertirse en algo mucho más grande pues Sancho y García, amigos desde la infancia, llevan rastreando huellas desde que son bien pequeños.
De hecho, Sancho aún recuerda la primera vez que vio un rastro: “No tenía 10 años cuando mi tío Migio me llevó a la portilla que unía dos prados, en Gormeján, y me dijo señalando al suelo: “Mira ahí. A noche pasaron por aquí las corzas”. Unas huellas de pezuña acorazonada se grabarían en mi memoria ya por siempre”. 30 años después, el naturalista aún sigue buscando y encontrando respetuosamente el rastro de los animales de Cantabria.