¿Cuándo necesitas, y cuándo no, acudir al psicólogo según los profesionales?

 ¿Cuándo necesitas, y cuándo no, acudir al psicólogo según los profesionales?

Hablar de las emociones y acudir a terapia se ha vuelto más común en los últimos años, lo que ha ayudado a visibilizar problemas de salud mental que antes permanecían en la sombra.

Sin embargo, muchos psicólogos y psiquiatras señalan que no siempre es necesario acudir a consulta solo por sentirnos tristes o frustrados, ya que estas emociones son una parte natural de la vida.

10.09.2024. -Normalizar las emociones, no todo es una patología es importante entender que las emociones como la tristeza, el miedo o el enojo son normales y adaptativas. Son respuestas naturales a situaciones difíciles o desafiantes y no siempre requieren atención psicológica. Por ejemplo, sentirse triste tras una pérdida, frustrado ante un fracaso o enfadado en situaciones injustas son reacciones sanas que nos ayudan a adaptarnos y aprender.

La clave está en la persistencia de los síntomas. Si esos sentimientos duran demasiado, se repiten la mayor parte del tiempo o afectan significativamente a nuestra capacidad de rendir en el trabajo, las relaciones o las actividades cotidianas, podría ser momento de consultar a un profesional.

El límite entre lo normal y lo patológico

A veces puede resultar complicado distinguir entre un malestar pasajero y un problema emocional que necesita atención psicológica. Según los expertos, es necesario prestar atención a tres factores clave para hacer esta distinción:

1. Síntomas: Si experimentas varios síntomas al mismo tiempo, como tristeza, apatía, aislamiento social, insomnio o dificultad para disfrutar de actividades que solían gustarte.

2. Tiempo: La duración de los síntomas es importante. Si las emociones negativas persisten durante semanas o meses, y no se limitan a unos días puntuales, es un indicio de que podría haber un problema más profundo.

3. Impacto: Si los síntomas afectan de manera significativa tu vida diaria, impidiéndote cumplir con tus responsabilidades laborales, académicas o personales.

La falta de recursos y el aumento en el uso de ansiolíticos

En España, la falta de psicólogos en comparación con otros países europeos ha llevado a una mayor dependencia de los fármacos. Mientras que la OMS recomienda 20 psicólogos por cada 100.000 habitantes, en España solo hay 6. Esta escasez de profesionales ha contribuido a que el país sea uno de los mayores consumidores de ansiolíticos en el mundo.

Sin embargo, los expertos insisten en que los medicamentos no siempre son la solución más adecuada. El tratamiento psicoterapéutico, si bien requiere más tiempo, no solo beneficia al paciente, sino también a su entorno familiar y social.

Escucha a tu cuerpo: síntomas físicos y emocionales

Muchas veces nuestro cuerpo nos envía señales de que algo no está bien a nivel emocional. Cambios en la alimentación, insomnio o hipersomnia, dolores sin causa aparente o un llanto recurrente pueden ser síntomas de un malestar emocional. En estos casos, es importante consultar a un profesional, ya que la **desconexión con nuestras emociones** puede llevarnos a no ser conscientes de que estamos atravesando un problema de salud mental.

Cuándo acudir al psicólogo

Los profesionales recomiendan ir al psicólogo si los síntomas emocionales o físicos dificultan el desarrollo normal de tu vida cotidiana. A veces, basta con una o dos sesiones para obtener claridad sobre lo que está sucediendo y si es parte de un proceso natural o si requiere intervención. No todo requiere terapia, pero cuando hay dudas, lo ideal es consultar con un experto.

El riesgo de la terapia excesiva: una herramienta, no una dependencia

Aunque la terapia puede ser una gran herramienta para el crecimiento personal y el bienestar emocional, no debería convertirse en una dependencia. La terapia está diseñada para ayudar en momentos de crisis o dificultad, pero el objetivo es proporcionar herramientas para que la persona pueda continuar su vida de manera autónoma.

Autocuidado y apoyo social

En muchos casos, las emociones desagradables pueden manejarse con autocuidado y apoyo social. Hablar con amigos, familiares o buscar actividades que te hagan sentir bien puede ser suficiente para sobrellevar una etapa difícil. La vida tiene altos y bajos, y aprender a gestionar nuestras emociones de forma saludable es parte del proceso. Sin embargo, si sientes que los problemas persisten o que nadie te entiende, puede ser útil acudir a un psicólogo.

Es normal que nuestro estado de ánimo fluctúe y que experimentemos emociones difíciles. La clave es estar atentos a la duración y el impacto de esas emociones en nuestra vida. Si las emociones negativas se prolongan y afectan tu capacidad para vivir de manera normal, puede ser útil buscar ayuda profesional. La salud mental es importante, pero no todas las emociones difíciles requieren terapia. A veces, lo mejor que podemos hacer es hablar con alguien de confianza y darnos espacio para sentir, aprender y adaptarnos a las dificultades que la vida nos presenta.

El Cantabro

Noticias Relacionadas

Dejanos tu Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *