El vídeo es el rey: bienvenidos a la era del contenido audiovisual
Cada vez más, aprendemos y nos comunicamos a través de imágenes en movimiento, un cambio que transformará nuestra cultura de maneras insospechadas.
02.09.2024. – En una reciente incursión en TikTok, me topé con un vídeo que capturó mi atención de inmediato: una joven restauraba una vieja guitarra eléctrica de cuerpo hueco. El clip mostraba un detallado montaje de primeros planos mientras ella lijaba, raspaba la madera, retiraba los trastes, rellenaba las grietas y pintaba la guitarra de un púrpura vibrante. Días de arduo trabajo resumidos en apenas 30 segundos. Fue un proceso fascinante, y no pude dejar de verlo.
Pero este vídeo fue solo el primero de muchos que vería en esos cinco minutos de navegación. En poco tiempo, fui testigo de un historiador explicando las canciones que Tolkien escribió para *El Señor de los Anillos*, un marinero intrigado por un barco volcado en alta mar, una madre hablando entre lágrimas sobre la crianza de un niño con TDAH, un hombre latino describiendo un altercado con su vecino racista, y un lingüista explicando cómo la Generación Z utiliza metáforas de videojuegos en su vida cotidiana.
Estos ejemplos reflejan una realidad innegable: el internet, que alguna vez fue un repositorio de textos e imágenes, se ha transformado en un vasto bosque de vídeos. Este cambio tecnológico, impulsado por la proliferación de smartphones y plataformas como TikTok, está redefiniendo la manera en que nos comunicamos y, en consecuencia, cómo entendemos y participamos en el mundo que nos rodea.
La era de la imagen en movimiento
Durante siglos, la comunicación a distancia se limitó a la escritura o el envío de imágenes estáticas. Producir y difundir imágenes en movimiento era un lujo reservado para profesionales con acceso a costosos equipos y plataformas de distribución. Sin embargo, hoy en día, gracias a la tecnología accesible y las redes sociales, cualquiera puede encender una cámara y compartir su visión del mundo en formato vídeo. Para muchos jóvenes, el vídeo es ahora el medio de expresión por excelencia.
El teórico de medios Marshall McLuhan ya nos advertía que cada nuevo medio cambia la forma en que aprendemos, pensamos y sobre qué pensamos. La imprenta, por ejemplo, contribuyó al desarrollo de una cultura de noticias, a la alfabetización masiva y a la consolidación del método científico. Ahora, con la omnipresencia del vídeo, cabe preguntarse: ¿cómo afectará esta nueva forma de comunicación a nuestra cultura?
Un conocimiento visual en expansión
Una de las principales ventajas del vídeo es su capacidad para transmitir conocimientos que resultan difíciles de explicar mediante texto. Como ciclista de larga distancia, he descubierto que, cuando necesito reparar mi bicicleta, prefiero buscar un vídeo tutorial antes que leer una guía escrita. La imagen en movimiento permite captar y transmitir conocimientos visuales, físicos o propioceptivos de una manera que las palabras simplemente no pueden. No es de extrañar, entonces, que los tutoriales de vídeo sean tan populares, ya sea para maquillaje, cocina o incluso programación.
El vídeo ha trascendido su rol como mero medio de transmisión para convertirse en un vehículo de conversación y respuesta. Según Raven Maragh-Lloyd, autora de *Black Networked Resistance* y profesora de cine y medios en la Universidad de Washington, estamos presenciando un aumento en la participación del público. Las funciones de «dueto» en TikTok o las respuestas en vídeo en YouTube permiten a los creadores interactuar con sus audiencias y entre ellos, utilizando las plataformas para cuestionar y replicar al poder establecido.
Una nueva sofisticación en el lenguaje visual
El lenguaje visual también está evolucionando hacia formas más sofisticadas. Los creadores de vídeo se inspiran en estéticas cinematográficas antiguas para comunicar ideas contemporáneas. Brianna Wiens, profesora adjunta de Medios Digitales y Retórica en la Universidad de Waterloo, destaca cómo un neurocientífico utilizó la técnica de stop motion, popular en los primeros días del cine, para iniciar debates sobre las vacunas durante la pandemia de COVID-19. Asimismo, los GIFs animados, que evocan el zoótropo del siglo XIX, repiten breves momentos en bucle para darles un significado especial.
La duración del contenido también varía enormemente en esta era digital. Hay transmisiones en Twitch que pueden durar horas, mientras que los vídeos virales en TikTok comunican ideas en apenas segundos. Estos últimos, en particular, poseen un poder retórico único debido a su fácil digestión. Wiens comenta que sus alumnos, en una clase sobre vidas digitales, le dijeron: «Si un vídeo dura más de siete segundos, no lo vemos», lo que refleja el impacto de la inmediatez en el consumo de contenido actual.
Los retos del vídeo masivo
A pesar de sus ventajas, el uso creciente del vídeo también plantea desafíos. Puede que este formato favorezca a personas con carisma y atractivo visual, lo que podría exacerbar ciertas desigualdades. Además, desde un punto de vista tecnológico, el vídeo aún es joven. Aún no es fácil buscar, editar, anotar o cotejar vídeos, ni utilizarlos para organizar pensamientos de la misma manera en que lo hacemos con el texto. Hasta que estas herramientas estén más desarrolladas, el poder del vídeo seguirá siendo limitado.
Sin embargo, no cabe duda de que el vídeo está integrándose profundamente en nuestra vida cotidiana. Es posible que, con el tiempo, la imagen en movimiento se convierta en un elemento tan omnipresente que reemplace a la cultura escrita, redefiniendo una vez más nuestra forma de comunicarnos y comprender el mundo.
La evolución del internet hacia una cultura del vídeo es un reflejo del cambio en nuestras formas de comunicación y aprendizaje. Lo que comenzó como un medio reservado para la élite se ha democratizado hasta convertirse en una herramienta esencial para la autoexpresión y el intercambio de ideas. A medida que continuamos explorando las posibilidades del vídeo, seguiremos descubriendo nuevas formas de conectarnos, aprender y participar en una cultura global en constante cambio. ¿Será el vídeo el medio que finalmente reemplace a la palabra escrita? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que estamos viviendo un momento clave en la historia de la comunicación.