Hoy hablamos con MISSISSIPPI QUEEN & THE WET DOGS

 Hoy hablamos con MISSISSIPPI QUEEN & THE WET DOGS

Desde Euskadi llega una de las bandas más potentes y auténticas del panorama del blues y soul nacional: Mississippi Queen & The Wet Dogs. Liderada por la carismática Inés Eleuteria, corista de Travellin’ Brothers, la banda bilbaína ha sabido hacerse un hueco en la escena musical con una propuesta que mezcla la fuerza del soul, la energía del funk y la esencia del blues más auténtico.

Tras su éxito debut con Try Me (2019) y su participación en festivales de renombre como el BBK Music Legends Festival y La Grapa Black Music Festival, el grupo vuelve con Phoenix, su segundo disco, lanzado el pasado 15 de noviembre de 2024. Con este nuevo trabajo, la banda refuerza su identidad musical y promete un directo cargado de emoción, potencia y calidad interpretativa.

Hoy tenemos la oportunidad de conversar con ellos sobre su trayectoria, su evolución y los desafíos de la escena musical actual.

Mississippi Queen & The Wet Dogs nació en 2015, ¿cómo fue ese proceso de formación y qué los motivó a emprender este proyecto?

Pues realmente fue un comienzo sin ningún tipo de pretensiones: Aitor e Inés (guitarra y voz) teníamos mucha química musical y nos lo pasábamos muy bien juntos y decidimos juntarnos para tocar versiones de música negra (soul, blues, funk,…) a dúo acústico. Empezamos tocando en bares de Bilbao y el proyecto fue creciendo de manera totalmente orgánica hasta lo que es hoy día: un quinteto con dos discos y muchos conciertos a las espaldas. Todavía de vez en cuando tocamos en el formato original porque es bueno volver a las raíces y reconectar con ellas.

Desde el lanzamiento de Try Me hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado la banda musicalmente?

Hemos crecido, madurado y evolucionado, en lo personal y en lo musical. Hemos acumulado vivencias y hemos compartido muchos conciertos, lo cual hace que tengamos un sonido más maduro y cohesionado.

Habéis compartido escenario con grandes artistas como Ben Harper, Beach Boys y Travellin’ Brothers. ¿Cómo ha sido esa experiencia y qué han aprendido de estos encuentros?

La mayor lección que nos llevamos es que los más grandes suelen ser los más humildes. Hemos coincidido con grandes artistas a los que admiramos y, en lugar de mirarnos por encima del hombro, han sido los primeros en decirnos lo mucho que les había gustado lo que hacemos. Eso es tener mucha clase.

Phoenix llega cinco años después del primer álbum. ¿Qué significa este trabajo para ustedes y qué diferencias destacaría con Try Me?

Ha tardado en llegar, sí. Han sido años muy moviditos en el terreno personal y tuvimos que parar una temporada. Por eso este álbum para nosotros simboliza en primer lugar la puerta de regreso a casa, a la música y a los escenarios. También es un «diario» en el que hemos plasmado aquello que hemos vivido y experimentado estos años. En última instancia, es un trabajo en el que continuamos desarrollando nuestro sonido propio y trabajando los géneros que tocábamos en Try Me pero también abriendo el abanico estilístico a sonidos más blancos como el rock sureño o el country.

El álbum cuenta con ocho temas originales. ¿Nos pueden hablar sobre las temáticas y las historias detrás de algunas de las canciones?

Las temáticas son tan variadas como los sonidos, pero por mencionar algunas: Get Back Up es una canción de lucha, de volver a levantarnos cuando la vida nos da un revés; Cold Hands es una canción de desamor y ruptura, pero sin rencor ni mala sangre; NYC se la compuse a mi hermanita cuando se fue a vivir a Nueva York, para que la acompañe al otro lado del charco; I Found A Love es una canción algo cómica sobre una chica que se ha enamorado de un chico en sueños y ya no quiere despertarse nunca y se pasa el día en la cama soñando con él; finalmente, Song For Silvia es una nana que le compuse a mi hija.

¿Qué pueden esperar los asistentes de sus conciertos en esta nueva etapa?

Para empezar, ¡flores! Estaba un poco cansada de que siempre sea todo macarreo y en esta gira estamos decorando partes del escenario con flores, que dan muy buen rollo, jaja. Por lo demás, lo que os vais a encontrar es un show muy completo en el que habrá ritmos bailongos, canciones más cargadas de emoción, una banda con un sonido cohesionado y potente y una frontwoman algo cotorra y dicharachera que se hace querer bastante (yo).

La puesta en escena es una de sus grandes fortalezas. ¿Cómo preparan sus directos para transmitir esa energía y conexión con el público?

Realmente lo que más preparamos es la música en los ensayos. Luego sí trabajamos algunas cosas de las dinámicas de los conciertos, pero realmente dejamos mucho a la improvisación y en función del caldo de cultivo que hay en cada concierto, de lo receptivo o participativo que esté el público… vamos creando y viviendo el show. Es la magia del directo, que es irrepetible.

La música negra en España sigue creciendo, pero aún no tiene el reconocimiento que merece. ¿Cómo ven el panorama actual y qué retos creen que enfrenta el género en el país?

A ver, realmente el auge de la música negra que nosotros trabajamos ya pasó. Ahora la música negra que ocupa un lugar en el mainstream es el rap y el r&b. Pero no pasa nada, nosotros ya sabíamos esto cuando nos metimos y lo bueno que tiene esta música es que, aunque no cuente con tantos seguidores activos, es una música que gusta a todo el mundo, aunque no la hayan escuchado antes, aunque no entiendan las letras, por eso no tenemos problema en llegar a los sitios siendo unos desconocidos, porque sabemos que cuando acabe el concierto la gente va a estar encantada, y de eso se trata. No obstante, hay que decir que por suerte sigue habiendo mucha programación a nivel estatal de música negra, no son pocos los festivales que trabajan este género, especialmente los de blues. En cuanto a los retos, creemos que la proliferación masiva de festivales ha pasado factura a la cultura de salas y es cada vez más difícil vender entradas. Esto está causando la cancelación de giras y el cierre de muchas salas, y es una pena porque la música en directo en una sala es algo muy especial que no debe perderse.

¿Qué sueños o metas tienen para Mississippi Queen & The Wet Dogs en los próximos años?

Realmente, solo queremos seguir haciendo música que nos emocione y llevarla a más gente y que el público se lo pase bien y conecte con lo que hacemos. Si además podemos terminar las giras sin pérdidas, ¡ya estaría! Jajaja.

Para quienes aún no los han escuchado, ¿cómo definirían la esencia de su música en una frase?

Hacemos música de raíces americanas que te acompaña en todas las fases de la vida: desde el éxtasis de la joie de vivre y el bailoteo de sábado noche, hasta los días fríos de blues y desamor.

Mississippi Queen & The Wet Dogs es una banda que respira música en cada acorde y en cada interpretación. Su capacidad para fusionar géneros, su energía sobre el escenario y el carisma de sus integrantes los convierten en una referencia obligada dentro del soul, el blues y el funk nacional. Con Phoenix, la banda reafirma su identidad.

El soul de Euskadi tiene nombre propio, y sonará con fuerza en nuestra tierra este viernes, 14 de marzo, en el Rockbeer Thenew de Santander.

J. Quintanilla

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