Hoy se inicia la quinta edición de los conciertos “Nueve Valles”, ocasión única para disfrutar en pequeño formato y gratuito de Antía Muíño y (Me Llamo) Sebastián
Nueva edición de Nueve Valles, la quinta ocasión para disfrutar de conciertos en un lugar mágico y en pequeño formato, los Jardines del Ayuntamiento y el Mercado de Sarón como novedad este año en el Concierto de hoy. Con la presencia de Angel Stanich que llega a Nueve Valles. Abonos y entradas en www.esenciales.tv
Antía Muíño 8 de Septiembre Antía Muíño es una cantautora galega afincada en Donostia que, tras años de militar en diferentes proyectos que basculan entre el folk, la canción de autor más intimista, el jazz o la bossa nova, firma con su propio nombre un proyecto que sigue bebiendo de estas fuentes, pero ahora a solas con su guitarra. Herencia de la canción acústica, desnuda y descarnada. Su singularísima voz dialoga con matices que van desde la canción jazz a la bossa con acento galego o el folk-pop occidental, tan cerca del río Miño como de las orillas del Mississippi.
Recientemente acaba de publicar su primer sencillo, “Carta Aberta”, con gran éxito de escuchas y que ha llegado a formar parte de algunas de las listas más importantes de la industria digital. En la actualidad se halla inmersa en la composición y grabación de nuevos temas y en la preparación de lo que será su primer disco.
(Me Llamo) Sebastián 8 de Septiembre (mellamo)Sebastián se llama Sebastián. Su apellido de papá es Sotomayor y de mamá es Sepúlveda. Ellos son muy importantes en esta biografía porque si no hubiesen hecho el ACTO – 9 meses antes del 10 de julio de 1987-, no estarías leyendo esto. Sebastián empezó a cantar a los 5 años y de ahí no paró más. Comenzó haciendo canciones a los 13, tocando guitarra, en un típico estilo de balada romántica. Como a los 16 se enamoró de la música gótica-depresiva-rockera-demoda y se avergüenza de ello. Luego siguió renegando y se volcó al electro-pop donde pudo convertirse en una estrella de la música popular (¡pero no! era muy regordete). Después de las sucedidas de fracasos (desde la balada, hasta el manoseado rock-pop y terminando en el electropop) se volvió un ermita musical. Empezó a aprender a juntar las teclas del piano y se llenó de rabia, odio, amor y dulzura para hacer melodías y armonías que, al final – de un modo inexplicable-, terminaron siendo chistosas o algo peor. Aquí empezamos a encontrarnos verdaderamente con (mellamo)Sebastián: Hizo canciones durante varios años y tocó en escenarios pequeños y humildes. Luego sacó su primer disco solista bajo el sello “fábrica de favores” que era sólo un nombre, porque nunca existieron contactos o recursos (solo la mejor onda del amor y de la musicalidad casera). Después comenzó a probar sus canciones en versiones corales con el sexteto “Los Amamos Tanto” y finalmente, para grabar su segunda placa independiente, reclutó un violín, una viola y un cello (El trío Narcótico) que dieron forma a Adiós, Vesícula mía. Actualmente prepara un nuevo y hermoso disco.
Fuente: www.santamariadecayon.es