Gorka Garcia Herrera en nuestro Rincón de Artistas

 Gorka Garcia Herrera en nuestro Rincón de Artistas

Gorka, es un joven originario de Cádiz, se trasladó al País Vasco desde temprana edad donde inicia sus estudios universitarios. Obtuvo su licenciatura en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco. Durante un periodo, Gorka residió en Italia gracias a una beca que le permitió cursar parte de su formación en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Ravenna.

Sin embargo, más allá de su trayectoria académica, lo verdaderamente fascinante de Gorka es conocerlo como artista.

¿Qué te inspira a pintar?

Diría que la vida misma, con todos sus componentes y vicisitudes, es la que me impulsa al acto creativo.

¿Hay algún tema en particular que te motive más que otros?

Me motiva especialmente el ser humano -aunque, paradójicamente, no aparezca en ninguno de mis cuadros-: sus sentimientos y emociones, sus preocupaciones, sus dilemas y contradicciones; su relación con la vida, con la soledad o con la muerte. En definitiva, temas que siempre han estado presentes en las diversas manifestaciones artísticas que se han ido desarrollando a lo largo de la historia.

 ¿Cuál es tu proceso creativo?

No sé si puedo hablar de una metodología concreta. Hay ocasiones en las que las ideas surgen de forma intuitiva y de ahí van directamente al cuadro. Otras, en cambio, son preocupaciones o reflexiones que llevan tiempo acompañándome en la cabeza y, antes de darles forma, necesitan de un soporte teórico o de un trabajo de abocetamiento formal que me sirvan como punto de partida. En todo caso es el cuadro el lugar en el que se da el principal trabajo de experimentación y se trata, siempre, de un proceso que se acaba dilatando bastante a lo largo del tiempo.

¿Qué técnicas y materiales prefieres utilizar en tus pinturas?

Normalmente, cuando trabajo en cuadros formalmente más convencionales, pinto al óleo sobre soporte de madera. Suelo hacerlo con pintura que yo mismo preparo mezclando el aceite y los pigmentos. Luego hay obras en las que introduzco diversos elementos como puertas o marcos que yo mismo diseño. En ese caso empleo también lacas, esmaltes o pan de oro. Y en algunas ocasiones en las que trabajo formatos diversos, como pueden ser los trípticos o los polípticos, el abanico de recursos y materiales se amplía irremediablemente.

¿Cómo describirías tu estilo artístico?

Es muy complicado encontrar una descripción que no sea limitadora. Podría darte unas coordenadas hablando de figuración, de cierta tendencia realista, de una atracción por la materia y la abstracción en los planos cortos, pero no sé si sirven para describir realmente lo que hago. En todo caso la pintura es un lenguaje visual, y como tal deberíamos tratarlo. Nos empeñamos en muchas ocasiones en categorizarlo, en ponerle palabras y etiquetas, y creo que eso acota y asfixia gran parte de su enorme potencial.

¿Qué mensaje o emoción esperas transmitir a través de tus pinturas?

Pocas veces existe una pretensión por transmitir algo concreto. Pinto principalmente para mí, para gestionar mis emociones y mis ideas. Es cierto que las obras luego se exponen, y se venden, y es una consecuencia directa que haya receptores que las contemplen, pero yo ya no meto en las posibles ideas o emociones que le puedan generar a esos observadores. Creo que sería excesivamente pretencioso por mi parte, e incluso invasivo, que así sucediera.

¿Cuál ha sido tu obra favorita hasta ahora? ¿Por qué?

Pues es un cuadro muy pequeño de hace ya tiempo, realizado entre los años 2007 y 2008. Lo comencé en Bilbao y lo terminé en Córdoba, durante mi estancia en la Fundación Antonio Gala. Pertenece a la primera serie de varios cuadros que pinté -llamada Metacal y que quedó posteriormente recogida en un libro-, y es una obra de la que nunca he querido desprenderme. Ha convivido conmigo en los diversos estudios que he tenido desde entonces. Es el trabajo en el que más me he acercado a alguna de mis principales pretensiones pictóricas respecto a diversas cuestiones como pueden ser la representación del aire o de la luz. Lo conservo porque, además de servirme como referencia, es el único cuadro mío, de cuantos he pintado hasta ahora, que puedo contemplar sin sentir una necesidad imperiosa de retocar.

¿Cuál es el mayor desafío al que te enfrentas como pintor?

Pintar ya es un desafío mayúsculo, probablemente el más grande que pueda haber en mi caso. Y luego hay otros que vienen derivados del hecho de que pintar, aparte de una necesidad vital, se haya convertido en mi profesión desde hace casi ya 20 años. Las exposiciones, las galerías o el mercado del arte generan muchos condicionantes, como pueden ser los plazos o cierto rigor estilístico, que son contraproducentes para mi proceso creativo. Por ello diría que, salvaguardar mi trabajo de todas esas injerencias y mantener la mayor autonomía posible es el segundo reto más significativo al que me enfrento.

 ¿Tienes alguna rutina o hábito que sigas regularmente para mantenerte inspirado y creativo?

Principalmente la lectura. Tengo amigos poetas que me abrieron el camino para encontrar en ese mundo -al que puedo sumar otros géneros literarios- un muy buen alimento. Junto a eso el cine -con cierta preferencia por el documental- también forma parte de mis hábitos cotidianos: lectura y cine son algo que consumo -aunque no me guste excesivamente este verbo- a diario; algunos lugares o paisajes que me resultan especialmente evocadores y a los que suelo acudir regularmente también me estimulan de cara al trabajo diario en el estudio; la ópera, que ha sido un descubrimiento maravilloso estos últimos años; y una buena conversación: hay amistades con las que me gusta hablar asiduamente porque siempre son un muy buen abono para que puedan germinar cosas en el estudio.

¿Qué papel crees que juega el arte en la sociedad actual?

Me resulta difícil responder a esta pregunta porque no creo en un carácter unívoco del arte. Creo que desempeña varios papeles, a niveles diferentes y en entornos muy diversos. De todas formas, lo que sí sucede es que en la mayoría de los casos ocupa un lugar bastante menos relevante de lo que me gustaría.

Tu eres joven y naciste con el mundo digital a tu alrededor, pero ¿cómo crees que afecta los avances digitales a tu arte?

Directamente menos de lo deseado, porque mi torpeza tecnológica me impide valerme de ellos tanto como quisiera.

De forma más indirecta sí que creo que existe una consecuencia que tiene más que ver con la forma en que la gente ve aquello que hago. Lo digital ha cambiado muchos hábitos en lo que, tanto a creación como a «consumo» de arte se refieren. Lo digital tiene una capacidad para generar estímulos sensoriales tan potentes que a mucha gente hoy en día mirar un «simple» cuadro, hecho con pintura, le resulta algo bastante insulso y anodino.

Actualmente, algunas de tus obras están en exhibición en Reocín, específicamente en el Espacio de Arte Contemporáneo. ¿Hasta cuándo estará abierta la exposición para que podamos visitarla?

Hasta el día 26 de abril

Por supuesto, Gorka. Queremos agradecerte sinceramente por esta entrevista. Antes de finalizar, nos gustaría conocer cuál es tu lugar favorito en Cantabria.

Pues hay uno que es mi favorito en Cantabria pero que podría serlo incluso a escala mundial. Estos últimos años he disfrutado, gracias a la generosidad inmensa de unos amigos, de una recóndita cabaña pasiega en San Roque de Riomiera. El entorno, las vistas, el mundo pasiego…prácticamente todo ha hecho de ella un refugio maravilloso en el que podría quedarme para toda la vida.

Gracias muchas gracias, nos vemos por el mundo de la cultura.

Muchísimas gracias a vosotros, por el interés y también por el trato. Ha sido un gusto atenderos.

J. Quintanilla

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