El avión supersónico de la NASA que viajará desde Nueva York hasta Londres en solo 90 minutos
La NASA está colaborando con varias agencias y empresas aeroespaciales para desarrollar una aeronave supersónica de próxima generación que promete transformar los viajes transatlánticos.
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha estado explorando la viabilidad comercial de los viajes aéreos supersónicos, con velocidades teóricas entre Mach 2 y Mach 4 (aproximadamente de 2,400 a 4,900 kilómetros por hora). Los resultados de su investigación sugieren que hay mercados potenciales para pasajeros en alrededor de 50 rutas existentes que conectan diversas ciudades.
El proyecto, conocido como X-59 y parte de la misión QueSST (Transporte Supersónico Silencioso), está en marcha con el objetivo de desarrollar un avión supersónico que cumpla con las regulaciones para operaciones comerciales. Esta aeronave volará a Mach 1.4 (más de 1,700 kilómetros por hora) y proporcionará datos para informar a los reguladores sobre cambios en las normativas para vuelos supersónicos sobre tierra.
Una característica esencial del X-59 es su capacidad para volar a velocidades supersónicas sin causar el molesto estampido sónico que tradicionalmente ha limitado los vuelos supersónicos sobre tierra debido a sus efectos en las comunidades. Esto lo hace especialmente intrigante para rutas icónicas como Nueva York a Londres, que podría reducir el tiempo de vuelo de varias horas a tan solo 90 minutos.
Este avance no solo sería una hazaña tecnológica, sino que también abriría las puertas a una nueva era de viajes supersónicos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Aunque el X-59 se encuentra en una etapa avanzada de desarrollo y pruebas, todavía no ha sido introducido en el servicio comercial.
La próxima fase de la investigación de alta velocidad de la NASA, a través de su Programa de Vehículos Aéreos Avanzados, incluirá la adjudicación de contratos de doce meses a empresas para crear diseños conceptuales y hojas de ruta tecnológicas. Estas hojas de ruta analizarán posibles rutas aéreas, identificarán posibles desafíos y enumerarán las tecnologías necesarias para lograr velocidades superiores a Mach 2. La decisión de continuar la investigación con inversiones propias se tomará en colaboración con los socios industriales y académicos de la NASA al concluir esta fase de participación.