Cómo tu salud se resiente por ser noctámbulo

Perder el sueño, tarde, mal o nunca, no es un trato justo para tu organismo. Trasnochar, más allá de simplemente quedarse despierto hasta tarde, representa un peligro real para tu salud. No se trata solo de estar despierto durante la noche, sino de privar al cuerpo del sueño necesario.

La cantidad y calidad del sueño son vitales para la salud. Aunque las necesidades varían, los adultos necesitan entre siete y ocho horas diarias, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, este siglo XXI nos ha visto dormir mal y poco, especialmente en España, que lidera el insomnio crónico en la Unión Europea.

El problema no radica simplemente en trasnochar, sino en la calidad del sueño. Trasnochar no se limita a estar despierto hasta tarde; también implica tener un sueño superficial e interrumpido. La falta de sueño de calidad se relaciona con numerosos problemas de salud, desde trastornos del sueño hasta un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Los estudios indican que la falta de sueño afecta las hormonas del cuerpo, provocando aumento de peso y trastornos metabólicos, que a su vez se vinculan a trasnochar.

La fatiga es un compañero constante de quienes trasnochan, lo que lleva a un menor rendimiento en el trabajo o en la escuela. Además, la somnolencia diurna se convierte en una molestia persistente. Pero los peligros de trasnochar van más allá: puede reducir la esperanza de vida, según investigaciones recientes.

En resumen, trasnochar no solo significa perder horas de sueño; implica una pérdida significativa en la calidad del sueño. Priorizar un sueño reparador y de calidad es esencial para proteger tu salud a largo plazo.