Los caninos nuestros fieles amigos 

 Los caninos nuestros fieles amigos 

 

Poseer un canino aporta invaluables ventajas que a menudo subestimamos (a pesar de que el mayor regalo es el afecto incondicional que nos brindan).

Nuestro fiel compañero no solo vela por nuestra salud presente, sino también por la futura.

No existe sensación más gratificante que recibir el amor desinteresado de un perro, presenciar su efusiva felicidad al regresar a casa y sentir la seguridad de que nunca nos dejarán solos cuando nos encontramos desanimados. Además, debemos mencionar la alegría constante que añaden a nuestra rutina, impulsándonos a salir al aire libre gracias a sus paseos diarios.

Sin embargo, estos no son los únicos beneficios; según Stanley Coren, un renombrado profesor de psicología, y respaldado por un nuevo estudio llevado a cabo por el Departamento de Sociología, Criminología y Derecho de la Universidad de Florida en Gainesville, compartir la vida con una mascota puede reducir el riesgo de padecer demencia relacionada con la edad o el Alzheimer.

Los expertos siempre han sabido que tener un perro se relaciona con una mejor salud cardiovascular, un menor riesgo de depresión y una menor sensación de soledad, tres factores cruciales para prevenir la demencia, ya que, como lo explica Coren, aproximadamente un tercio de los casos en los Estados Unidos están vinculados a la «falta de actividad física, aislamiento social, enfermedades cardiovasculares, depresión y estrés crónico».

Entonces, si una mascota puede ayudarnos con estos factores, ¿puede también ejercer un efecto protector contra el deterioro cognitivo? Después de observar a más de mil individuos durante seis años, sometiéndolos a pruebas cognitivas cada dos años, se descubrió que en personas mayores de 65 años que habían convivido con perros durante largos períodos, los resultados de las pruebas de memoria verbal (la capacidad de recordar palabras) eran superiores en comparación con aquellos que no tenían mascotas o las tenían por un tiempo más breve.

Aunque aún queda mucho por investigar y descubrir acerca de los beneficios que nuestros fieles amigos de cuatro patas aportan, esta evidencia es más que suficiente para alentar a quienes estén considerando adoptar y ofrecerles una vida plena. Aunque, por supuesto, nada puede compararse con la abundante dosis de amor que nos brindan cada día.

J. Quintanilla

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