TikTok, las tragaperras y la dopamina

 TikTok, las tragaperras y la dopamina

Es frecuente que muchas personas pasemos más tiempo del que quisiéramos inmersos en la pantalla de nuestros smartphones. Plataformas como YouTube, TikTok, Twitter e Instagram actúan como auténticos sumideros de tiempo, y aunque tengamos plena conciencia de ello, parece que nos resulta imposible resistirnos. ¿Por qué nos cuesta tanto separarnos de ellos?

El cerebro está firmemente atrapado, y la raíz de este fenómeno se encuentra en su propia biología. Estas aplicaciones activan las mismas áreas que las drogas o el juego, lo cual hace que resistir su influencia sea extremadamente difícil. Es por esto que liberarnos del smartphone resulta tan complicado, sin importar cuánto deseemos hacerlo.

El funcionamiento subyacente radica en el circuito cerebral de recompensa. Nuestro cerebro está programado para repetir acciones que nos generan placer, lo cual, en teoría, debería ser benéfico. En lo más profundo del cerebro se encuentran estructuras conocidas como el circuito cerebral de recompensa, que son responsables de este proceso. Su funcionamiento es bastante comprensible.

Estas estructuras desempeñaron un papel vital para nuestros antepasados, ya que los incentivaban a buscar alimentos ricos en grasa, por ejemplo. Un aporte extra de calorías era valioso para sobrevivir a las estaciones invernales, y el cerebro recompensaba a nuestros ancestros con liberaciones de dopamina y otros neurotransmisores, generando placer y llevándolos a consumir más. Cuando algo nos hace sentir bien, naturalmente tendemos a repetirlo.

Tal como se menciona en Urban Tecno, regiones como el núcleo accumbens y el sistema límbico en general desempeñan un rol en estos procesos. Hasta aquí todo parece positivo, ya que estamos hablando de un proceso biológico que resultó crucial para la evolución humana, al impulsarnos a adoptar conductas que aumentaban nuestras posibilidades de supervivencia. No obstante, la perfección no siempre es constante, y este mismo circuito también es la base de adicciones más perniciosas.

TikTok, las tragaperras y la dopamina

Las máquinas tragaperras tienen un impacto profundo en nuestro cerebro. ¿Por qué? Todo se basa en el concepto de refuerzo: cada cierto número de intentos existe la posibilidad de obtener un premio, lo que activa el circuito cerebral de recompensa. Sin embargo, estos «éxitos» son impredecibles y esporádicos, lo que nos impulsa a continuar intentándolo en busca de nuevas descargas de placer. Esto se conoce como «refuerzo intermitente».

Las aplicaciones como TikTok funcionan de manera parecida a las máquinas tragaperras. Interactuamos con un elemento que nos gratifica de forma aleatoria pero relativamente constante, lo cual resulta sumamente atractivo para nuestro cerebro. Deslizamos y deslizamos a través de una serie de videos que nos brindan pequeñas recompensas inmediatas. ¿Qué nos aguardará en el siguiente video? Entre esta corriente de clips, seguramente encontraremos algo que nos resulte interesante…

De esta manera, es fácil caer en un ciclo donde continuamente reforzamos nuestro cerebro con pequeñas dosis de neurotransmisores placenteros, como la dopamina. Esto se convierte en una combinación perfecta, la base de cualquier adicción. Por tanto, desde una perspectiva fisiológica, la adicción a aplicaciones como TikTok no difiere considerablemente de la adicción al juego.

La próxima vez que te descubras pasando horas pegado a tu teléfono consumiendo contenido al azar, tómate un momento para reflexionar. Tu cerebro es vulnerable en ciertos aspectos, y de vez en cuando es esencial tomar un respiro. Cualquier actividad en exceso puede tener consecuencias negativas, y resulta crucial ser consciente de ello.

Juan G.

Juan G.

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